lunes, 7 de diciembre de 2009

Marcela Cabutti



"La propuesta es participar del juego simple de la memoria en la construcción de barquitos de papel y ponerlos a flotar.
Pienso acerca de otras formas de deseos, ritos de pedidos de cambios de suerte, como arrojar una moneda a una fuente, o un mensaje en una botella, un boleto capicúa, o comer la primera fruta de estación, la Difunta Correa, el Gauchito Gil, así como también se suelen pedir deseos cuando se pasa por debajo de un tren andando o cuando se soplan las velitas. Según la tradición japonesa un regalo de origami da buena suerte a quien lo recibe. Todos estos ejemplos son procesos que se dan en contextos de maneras diferentes, pero que recuperan parte del imaginario, de lo probable y lo improbable, de la memoria que siendo individual se transforma en deseos colectivos.
El artista normalmente trabaja con sus propias imágenes y deseos y el ejercicio sería poder ponerse en el deseo de los Otros.
Me gusta pensar que a través del arte los deseos escritos se puedan cumplir".

Marcela Cabutti